Los constituyentes minerales de la miel le confieren innegables propiedades medicinales: - La miel cura o mitiga los transtornos intestinales, las ulceras de estomago, el insomnio, las afecciones de garganta, ciertas afecciones de garganta, ciertas afecciones cardiacas y aumenta el vigor muscular. Facilita la retención del calcio; activa la osificación la salida de los dientes. - En el uso externo, cura las quemaduras, las heridas y las afecciones rinofaringeas (por instilación), gracias a una inhibina que le proporciona propiedades bactericidas. - Por su poder ligeramente laxante, es el mejor alimento natural que existe, evitando las grasas superfluas. - Alergias y sistema inmunológico. Hay investigaciones que vinculan el consumo diario de 2 o 3 cucharaditas de miel en el yogurt e infusiones o directamente, en el fortalecimiento del sistema inmunológico.
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